sábado, 14 de agosto de 2010

Cuentos para incendiar la noche

Nuevo libro de minificciones de Fernando Reyes, que nos sorprende con un brillante humor negro y crítica reflexión sobre nuestra realidad contemporánea.



Primera Edición, México, 2010.
1000 ejemplares. Portada de Orlando Díaz.



La minificción es el camino más corto para contar una historia. Muchos escritores contemporáneos recorren este vertiginoso camino una y otra vez, fascinados por la brevedad y contundencia de un género inequívocamente posmoderno –aunque inventado hace muchos siglos–, pero pocos lo hacen con acierto. Uno de ellos es, sin duda, Fernando Reyes.

Los Cuentos para incendiar la oscuridad poseen todos los ingredientes de las mejores miniaturas narrativas: concentración, ironía, juegos con el lenguaje, recreación novedosa de algunos clásicos de la literatura, crítica social, y la necesaria vuelta de tuerca en la última línea. La vida de un escritor se despacha en cuatro líneas; los espectros están provistos de carne, huesos y, sobre todo, sangre; un superhéroe se olvida de su condición humana; como en tantos chistes donde participan niños de diferentes nacionalidades, el mexicano gana, sí, pero su victoria es en realidad la más terrible de las derrotas…

Todas las historias de este libro, de la primera a la última, combaten con éxito el tedio de la vida cotidiana y nos recuerdan que la literatura, tanto para el escritor como para el lector, puede ser un asunto tan divertido como diabólico.

Armando Alanís


jueves, 13 de mayo de 2010

Máscara de Cristal

Novedad

Delirante novela de Rafael Tomé



La vida puede ser tan emocionante como una película de El Santo. O debería. Rafael Tomé Zamora se lanzó desde la tercera cuerda y ha escrito una novela delirante, caótica, llena de humor y con un estilo vertiginoso; sublime y alburera; pícara y kitsch; técnica y ruda al mismo tiempo. Estamos en el México de los sesentas, cuando la Ciudad de México está dejando de ser “la región más transparente” para convertirse en “la cabeza de la hidra”, la megalópolis inabarcable, insólita y abominable que es hoy. Y El Santo, el mismísimo Ruddy Guzmán, es el héroe que lo mismo atrapa raterillos de poca monta, que viaja a la Luna, que desface entuertos internacionales y aplaca complots comunistas. El héroe que nos faltó y nos sigue faltando. Un universo paralelo donde lo mismo deambula una jovencita aprendiz de periodista y Enrique Guzmán (sí, el cantante), que un chaval enamorado con los calzones parchados y Fernando Benítez (sí, el periodista, pero en papel de policía), con apariciones especiales de César Costa, José Agustín, Alberto Vázquez, Carlos Fuentes y hasta Johnny Laboriel. Homenaje, parodia, declaración de amor, ajuste de cuentas. Rafael Tomé Zamora nos aplica la de a caballo con este sorprendente librito y amenaza con regresar. Próximamente en esta sala.

Guillermo Vega Zaragoza


1000 ejemplares. Portada de Jorge Guerrero Vera.
Ciudad Ecatepec, México, 2010.